Nico, un familiar y un gran músico que además es profesor de literatura. Me contó que al escuchar mi EP Las viudas de Astorzzolla se sintió inspirado y comenzó a escribir. Me regaló este gran poema, el cual lo agregue con imágenes del video. Muchas gracias Nico por este hermoso gesto que significa mucho para mí.
Despertar en el viejo barrio
La cocina solitaria que se despabila
con la chispa del primer fósforo del día.
El despertar es trabajo aquí, salvo en algunos domingos.
A esta hora la casa parece más grande,
su amplitud se llena con los primeros ronroneos de la
guitarra
tanguera que se equiparan a dúo con los del gato que
solicita
su primer incursión al patio.
La pava se hermana con la hornalla y así comienza, como el
día, el rito
de la vida en la casa.
El tango también es participe de esta ceremonia.
El mate se abre como una flor,
las hojas del árbol, afuera, dan la medida de un nuevo
comienzo.
Fantasmas en el patio se animan con los primeros acordes.
Esta casa es como tantas otras, en un barrio como tantos
otros.
La casa de trabajadores, de gente.
Todo esto es un sentimiento idílico, aunque sea sólo un
despertar más.
Lo importante es que también aquí la esperanza está.
En lo cotidiano.
Lo que a veces no se muestra es que ella está y viene
acompañada de belleza.
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